Pasamos allí la nochebuena, pero el día de Navidad por la tarde decidimos regresar, los meteorólogos anunciaban nieve

y no queríamos pasar miedo en el puerto. Yo tenía que trabajar el día 26 por la tarde, no podía arrepentirme en ese momento por haber cambiado el día 26 por el día de Año Nuevo; habia sido una permuta ventajosa que me permitiría salir en Nochevieja sin demasiadas prevenciones.